jueves, 14 de enero de 2016

Alan Rickman.

Hoy la magia se viste de negro una vez más. Está de luto. Mi varita sangra. Mi orgullo Slytherin llora. La serpiente de nuestro escudo ha dejado de mover su cola.
Los ojos de Draco vuelven a inundarse en lágrimas. Harry recuerda sus últimas palabras, tiene los ojos de su madre. Dumbledore vuelve a abrazarlo en el Más Allá. Lily y James se disculpan nuevamente, y le dan las gracias. Fred le da la bienvenida con un respetuoso apretón de manos. Las nuevas generaciones de Hogwarts alzan su varita, susurrando un 'Lumus maxima', iluminando el cielo de estrellas. Recordando a todos los que hemos dejado atrás en esta batalla.
Como uno de los tres hermanos poseedores de las reliquias, nuestro profesor desiste ante el cáncer y se entrega a la muerte humildemente.

We will remember you, Snape.
-After all this time?
-Always.

miércoles, 29 de abril de 2015





T'estimo infinitament,
t'estimaré fins a la mort.
Hi ha un lloc per a nosaltres,
ja saps la cançó.
No puc fer res,
allà on sigui el meu cor.



-Jordi Sierra i Fabra

miércoles, 15 de abril de 2015




   Eres el motivo por el que oler las flores de la primavera ya no me parece una tontería, eres el motivo por el que no trago las pelis de amor; y es que para amor sincero, el que tú me das. También eres el motivo por el que tanto río y sonrío, contigo la vida me enseñó a ser alegre. El motivo por el que mis caderas se sienten solas cada noche que tú no estás para abrazarlas mientras dormimos. Eres aquel que me hace soñar con navegar en el precioso océano de tus ojos, y bueno, qué decir, si no hace falta mentir, eres el motivo por el que escribo.

   Sólo tú me has demostrado que me quieres de verdad y aunque otras personas hayan pasado por mi cuerpo y mi alma, sé que sólo tú te quedarás. Y no me refiero a un amor eterno; pues aún es pronto para decir que nuestro amor es para toda la vida. Es sólo que sé que perdurarás en mí porque eres el único que merece la pena recordar. Eres exactamente esa  persona que he estado esperando de brazos abiertos todo este tiempo. Y sólo puedo darte las gracias porque aún sigues a mi lado y porque pretendes que sea así todos los años que nos quedan de vida. Te quiero y espero que lo tengas presente a cada segundo, y en cada pedacito de tu alma y tu corazón.








domingo, 4 de mayo de 2014

Un domingo primero de mayo.





¿Sabes, mami? Yo nunca he creído en "los días de". Quiero decir, no debería hacerte todo esto un primer domingo de mayo cada año, porque madre has sido durante más de veinte años, no sólo un día de trescientos sesenta y cinco. Odio comprarte cosas en días como este, porque al final quienes salen ganando son siempre las empresas, no tú. Considero que tiene más valor una manualidad hecha por mí en la cual he empleado mi tiempo que un collar de veinte euros. Porque el tiempo es oro, no billetes. Y el amor no tiene siquiera precio.
Uff, la verdad es que cuando pienso en el tiempo que has empleado en mí, que son quince añazos, se me cae el pelo. (Quizás el motivo de esta caída también sea la cantidad de tinte que me echo, pero no viene al caso). Soportas mis contestaciones y mis rebeldías, mis pintas, mi humor incomprensible. ¡Y el dinero que te habrás gastado en mí! Que si ropa, comida, caprichos... ¡TINTES! Para al final acabar alopécica perdida, o con gasoil en el cabello. 
Pero creo que al final lo que mereces que te recuerde es el cariño que has empleado en mí. Me has educado estupendamente, pues me llaman egocéntrica si digo ser una persona de mente abierta, cuando fuiste tú quien me hizo así. Te agradezco a ti todos y cada uno de mis premios literarios, pues me enseñaste a leer, a perseguir mi sueño como escritora y a seguir luchando por ello. Me animaste en cada relato, cada poesía. Te sincerabas si algo no te gustaba, y es algo que pocas personas hacen.
Me diste chocolate cuando tenía la "m(o/e)nstruación". Eso tiene valor para mí, de veras.
Te agradezco mucho que respetes mi condición sexual, pues pocos padres hay que lo hagan de esa manera. También te doy las gracias por dejarme vestir como visto, escuchar lo que escucho y creer en lo que creo. Porque aunque muchas veces te llame rencorosa, en realidad eres tú la que me enseñó el significado de la palabra "tolerancia".
Y no sé qué más decirte que no sepas ya. Que eres una madre genial, que te doy las gracias por quererme y aceptarme como lo haces y por preocuparte por mí. Que tanto Bentejuí como yo estamos realmetente agradecidos contigo. Te debemos algo más que la vida. Te debemos el tiempo y el amor, que es irremplazable.
Fuiste tú quien me enseñó a ser Attenya, y sin ti Attenya no sería Attenya, sino Anacleta.
No, es broma. Ahora en serio.
Gracias mamá, te quiero.









jueves, 1 de mayo de 2014

Una de llàgrimes





Mai vaig a oblidar que ''L'ànima que un dia vas ferir es va fer invisible'', pèro una ànima invisible que et troba a faltar sense ser vista, que plora sense ser lliure i que crida sense ser escoltada.



Pèro perquè el Capvespre aixì ho va voler.









domingo, 9 de febrero de 2014

~




¿Visitar una cárcel de animales, donde los chantajean con comida a cambio de hacer un espectáculo el cual no están dispuestos a hacer o tener que mostrarse frente a gente que les atosiga, donde los privan de libertad y les obligan a aparearse/dejar de hacerlo según su conveniencia, donde tanto los visitantes como los organizadores prefieren antes un espectáculo o el dinero que la salud psicológica de un ser vivo que ha sido apartado de su hábitat natural? ¿O visitar un lugar en el que se encuentran pedacitos de historia, obras que te invitan a reflexionar e interpretar con total libertad, donde el silencio se pasea entre sabiduría y emociones, donde cada cuál puede venir y disfrutar de cada trazo de pensamiento que un autor quiso compartir, donde florecen las historias que ya habían sido escritas, donde puedes elegir ver sonrisas o lágrimas e inspirarte para crear dentro de ti otro nuevo mundo?

¿Visitarías antes un zoológico o un museo de arte?




jueves, 30 de enero de 2014

Cosita.



En un día como hoy, la nostalgia me invade. Siento su cuerpo desnudo abrazándome por detrás, sus cálidas manos dando suaves pinceladas en mi piel, el olor de su cabello que me quita el frío del cuello. La veo a ella, cómo sonríe y cómo se muerde con salvajes intenciones el labio inferior. Su rostro, de piel blanca y suave, hipnotizándome junto con la brisa que sus ojos dejan escapar...
Pero es sólo un reflejo. Hoy no está conmigo. Hace meses que no la tengo a mi lado... pero la sigo sintiendo. Sigo sintiendo su frío aliento cuando llora y sus cálidos ojos cuando ríe.

 Echo en falta que me llame tonta mientras echa carcajadas cuando le hago muecas, recitar en su oído una poesía de amor y acabarla con un ''te quiero, cosita''. Hablarle a la gente sobre ella, de lo mucho que la quiero y cuán querida me siento a su lado, de las emociones que he experimentado a lo largo del tiempo que he estado junto a ella y junto a nadie más.

Recuerdo la primera vez que la vi. Era mi primer curso de instituto y lo primero que me llamó la atención de ella fueron sus ojos. De un azul verdoso tan profundo, que te invita a entrar en trance, que te induce a protegerla de todo peligro. Luego en su tatuaje, el del cuello, peculiar y sin sentido para quienes no sepan la historia que hay detrás de él. Entonces caí rendida a sus pies. Ni siquiera sabía si sentía algún interés por las personas del sexo femenino, pero consiguió cautivarme de una manera inexplicable. Me enredó en su verde hiedra, que quema y reconforta a la vez. Pero entonces me enteré de que ella amaba a las mujeres incluso más de lo que yo las amo... Y mi encantado corazón se congeló. Mi estómago encogió y mis ganas de besarla sólo aumentaron.
Dos años bastaron para declararme. Dos años deseándola en silencio, escribiéndola cada día y soñándola cada noche, sonriéndole por los pasillos del instituto cuando no miraba y observar sus hermosas piernas si caminaba cerca de mí....
Entonces por fin pude tenerla a mi lado.

Pero luego la perdí.

Echo de menos esos guiños, esas palabras indecentes pero increíblemente tentadoras y provocativas, esas caras que ponía cuando le devuelvía la incitación, sus clavículas levemente marcadas y sus hermosas caderas.
Pero, lo que más echo de menos, es sentirme protegida cuando la miro.
Ahora sólo siento miedo.

Hace mucho tiempo que ella no me sonríe.
Hace mucho tiempo que yo no sonrío como sonreía estando con ella.

Te echo de menos... ''cosita''.



viernes, 3 de enero de 2014

La niña









Se volvió triste,
loca, fría,
se volvió miedo,
cadenas y lluvia.

Se volvió algo tonta,
agonizante y tímida,
se volvió sumisa
y escurridiza.

Sus ojos inseguros,
una muestra de pena,
pesadumbre, melancolía,
nostalgia y desconsuelo.

Ya no había labios que la amasen,
ya no había manos que la aguardasen,
ya no había nada que le importase,
excepto una triste poesía 
que llorar le hizo, que 
le hizo acordarse.

Acordarse de un pasado de tormenta,
de rayos y desnudez,
donde sólo la besaba un negro gato,
que escapó de timidez.

¡Gato, gato! ¿Dónde te encuentras?
Te amé tanto.
¡Gato, gato! ¿Por qué ya no me amas?
Te amé.

Yo sí te amé.

Los ojos verdes de la niña
escondían entre lágrimas
su gran desdicha.
Los ojos verdes de la niña
que ya ni caminar podían
se avergonzaban del camino.

Un camino triste.
Desolado.
Su camino.
Que acabó bajo la sombra de la luna
moribundo y pidiendo calidez.

Lo siento, gato.
Yo sí te amé.







Attenya L K Amane

Tan sólo otro escrito más




   Quizá para ti todo esto sea sólo palabras. Sucias, embusteras. Tan bastardas, que incluso parezcan tuyas. Pero yo considero mis escritos, que miles son ya, un pedacito de mí. De mi pasado, de mi presente. Es como el agua que calma mi sed, la ráfaga de viento que volando se llevó todas mis penas. El sol que me impide marchitar y la luna llena en una noche de sexo.

   Gracias a la pluma y el tintero me hallo viva, gracias al placer de leer mi alma todavía me considero alguien.


   Pero, por desgracia, mientras tú lloras porque una mujer infravaloró tu dignidad, mis lágrimas manchan un papel vacío porque mi lápiz cayó en el abismo de la mediocridad. Porque mi inspiración ya no vuela, ya no alumbra. 

   ¿Dónde está el talento que me prometieron?


   Mis manos, vacías pero llenas, buscan desesperadas una pared en la que sujetarse.
   Porque creo que me estoy cayendo.
   Y ya nada importa.




sábado, 28 de diciembre de 2013

¡Qué bella eres!



   Que tu piel, cálida y reconfortante, pueda sentir la yema de mis dedos acariciándola y sintiéndola... Que ellas, mis yemas, sean mi pincel y tu cuerpo mi lienzo; y de ello salga una obra de arte: mis caricias, tu placer...

   Que tus ojos, verdes, desafiantes, me inviten a besarte, y yo hacerlo... Enredar entre tu cabello mis manos, para colocarlo detrás de tu oreja y apartarlo de tu rostro, tan tentador y hechizante... ¡qué bella eres! ¡Qué bello sentimiento el que ocurre!

   Tus labios, carnosos y coloridos, alegres, que se junten con los míos en un beso húmedo, poder sentir el éxtasis recorriendo mi cuerpo con cada un segundo que pasa..

   Quiero bailar contigo, sentir tu cintura pegada la mía, conseguir que tus piernas no puedan más para hacerlas descansar, admirar tu preciosa silueta, tan simétrica y perfecta... Curvas que deseo recorrer, sin dejar ni un sólo centímetro de tu cuerpo sin besar ni sentir...



 
   Porque consigues sacar de mí... lo más emocionante y encantador... porque te quiero... y puedo decirlo bien alto;te quiero como nunca quise a ninguna otra mujer...




Attenya L K Amane

domingo, 8 de diciembre de 2013

Teatro. Interpretación: ¿Te sientes vivo?



La vida es éso, un desfile de personajes, donde cada uno tiene sus peculiaridades, sus características. Y puede mostrarlas, o puede no hacerlo.


   Y yo, que reflejo sobre un escenario tantas vidas, imágenes alternativas y recuerdos, intento transmitir algo con lo que te sientas identificado, que abras la mente y el corazón a nuevos puntos de vista, que empatices y reflexiones, o que llores al sentirte comprendido. Que te emociones, al fin y al cabo, porque sientes que tienes ante ti toda una vida que seguir y elegir.
   Porque tus ojos dirigen la mirada a personas que muestran máscaras invisibles, que actúan como si fueran otros, que pueden ser buenos o pueden ser malos. Está en ti darte cuenta qué diferencia a esas personas de lo que interpretan. Y por supuesto, qué interpretan. 
   ¿Sientes que eres tú el que está subido a ese escenario? ¿Sientes que no actúas, que es tu propia vida?¿Ese eres tú? Reflexiona. ¿Te sientes vivo?
    También esa interpretación puede no ser tú. Puede ser alguien cercano a ti, o alguien lejano. Quizá ni siquiera exista. Pero tú lo estás viendo, lo estás sintiendo. ¿Te estás metiendo en ese papel o eres alguien externo a toda esa vida? ¿Qué sientes cuando oyes su voz y tu piel se pone de gallina al admirar esas expresiones faciales? Tan realistas, tan vivas. Parece que quien actúa es lo que interpreta. Pero no. ¿O sí?
    Piensa sobre lo que te estoy diciendo. Tienes ante ti todo un camino que seguir, oportunidades que los otros ni tienen permitido soñar, tienes la opción de elegir quien quieras ser. Porque lo bueno de tu vida, es que es tuya. Lo bueno de ti, es que eres tú. Si no te gusta algo de ti, sólo cámbialo. ¿Actuación? Puede. Interpreta todo lo que quieras ser... y conseguirás convertirte en ello. Conseguirás que los demás te vean como alguien diferente. Fuerte o no. Seguro o no. Pero diferente. Y tú también te verás así. Consigue que esa interpretación de la vida se convierta en tu propia filosofía. 
   Tú decides si ser o no el protagonista de tu historia.
   Tú lo decides.

   Inténtalo.


Attenya L K Amane

martes, 5 de noviembre de 2013

Iveta








Le pondré tu nombre a todos mis pensamientos, a todos mis escritos, a todos mis dibujos, a todas mis sonrisas.

Le pondré tu nombre a todas mis ganas de quererte.











~




   ¿Te puedes enamorar de un perfume?
   ¿Del perfume que lleva la persona a la que amas?
   ¿Y del champú? Ese que deja un agradable olor, el intenso brillo a su cabello...
   Creo que me he enamorado incluso de su comida favorita. De su pintalabios, rojo como el fuego, intenso como sus besos, con los que sueño noche tras noche. También me acabé enamorando de su faldita, no demasiado corta ni demasiado larga, tampoco tan suelta ni tan apretada, pero perfecta. Perfecta para su silueta, perfecta para la forma en la que camina. Incluso me enamoré de sus piernas, que son preciosas sin que tacones hagan falta. De su belleza, de su armoniosa voz. De su rareza, de su sonrisa. Sus labios. Sus ojos. Que son, por cierto, muy bonitos, por si no los has visto. También acabé rendida con el dulce tacto que me ofrece la delicadeza de sus manos, de su piel. Su pelo, precioso, bailarín. Sus mejillitas, sonrojadas y encantadoras.
   Me enamoré de ella en sí.
   ¿Sabes? Esto es como sentirse en el paraíso. Poder liberarme de una cárcel que no me permitía amar. Un amor sin ataduras, sin compromisos, reconfortante y casi parece eterno. 
   Me siento como en una poesía. Como las palabras que vuelan de un lado a otro, armando un puzle que acaba en perfección. Es como quien ve a un niño reír por algo tan tonto y simplón como un chiste malo en la tele. Parece muy estúpido, pero acaba siendo bonito. Agradable. Y ella me hace sentir idiota, pero afortunada.
   Me gustaría pasar junto a su cuerpo, su alma, sus besos... toda una eternidad.

   Porque me siento... libre, cálida, incluso significante. Y a veces es difícil que yo me sienta así.



miércoles, 7 de agosto de 2013







Qué osada y grosera la ignorancia, ¿no? Que se apropia de las mentes menos talantes y más carentes de carácter para infravalorar los buenos detalles que nos ofrece la vida.














              El mundo, un manicomio.
              Nosotros, los locos.
              Y los cuerdos
               los que no saben vivir.








sábado, 3 de agosto de 2013

Viviendo un luto




Attenya L. Kerstin Amane




Y entre suspiros y llantos algo comprendí.
 Nada más que tus caricias,
nada más que tus lágrimas, 
nada más que tu cabello ondulado
 bailando al compás del viento 
me hacía sentir emociones tan intensas.
Tan intenso como fue 
el vestir de negro
 ante la terrible imagen de verte desaparecer 
encerrada entre tierra, entre tumbas,
 entre corazones vivos pero muertos.
Y te amé tanto...
Que hoy ya no sé si morí contigo 
o si viví siempre muerta en mi interior.


----


Quien vive de cerca la muerte de un cercano,
vive tan lento como rápido muere su alma.
Y entre confusiones yo no sé si viva duermo o muerta ando.



domingo, 28 de julio de 2013

Ella.

 


Podría hacer comparaciones 
con un ángel incluso,
bella como Luzbel
pero mala como Lucifer.

Es un monstruo de seis cabezas,
es multifacética,
es la imagen reencarnada
del Dios de las Tinieblas.

Te robará el alma 
mientras duermes,
sólo para hacerse más bella.

Ella es una víctima,
¡pobre mujer!
Ella te convierte en piedra
si la miras a los ojos.

Se le escapa de su órbita
la cordura,
y no creo siquiera
que tenga corazón.

Todos somos sus títeres.

Ella te envuelve
con su vocecita melodiosa.

Ella a veces,
es una sirena traidora.

Ella te hipnotiza
con sus ojos brillantes.

Ella a veces,
es un lobo rabioso
disfrazado de borreguito.

Ella te envenena con el perfume
de su cabello tan largo,
tan lacio, tan negro.

Ella es veneno,
y su cabello
es la telaraña
de una viuda negra.



jueves, 4 de julio de 2013

Aquel cuatro de julio de 1966...

   Puedes estar con una persona desde que naces hasta que mueres y no acabas de conocerla totalmente.
   Llevo catorce años, cuatro meses y veinticuatro días junto a una persona, y me atrevo a decir que desconozco todas o la mayoría de sus facetas. Sé cómo se enfada y cómo ama, sé cómo llora y cómo ríe, sé cómo se arrepiente y cómo se enorgullece. Sé cómo cocina y cómo limpia, sé cómo duerme y cómo lee, sé cómo se aburre y cómo se divierte. Pero más allá de eso, nada más. No sé cómo es cuando sale con sus amigas ni cómo cuando liga con mozos. Sin embargo, a través de sus historietas pasadas, podría describir cómo es ella en el presente. No su comportamiento, sino su carácter. Su manera de afrontar los problemas. Quizás, su actitud frente a los obstáculos. La veo como una mujer poco soñadora; más bien realista, fuerte y valiente, con unas cicatrices en su armadura, marcadas por las lágrimas que mancharon su rostro, y una lógica impactante. Es desinteresada y desconfiada. Fiel a sí misma y con unos principios morales bien aplicados. Rencorosa, por supuesto -eso es algo que nunca dejaré de decir- y maniática.
   Le han hecho daño en el pasado y no ha tenido una niñez muy afortunada, pero tales experiencias le han servido para que, a lo largo de su vida, su corazón no sea pisoteado por cualquiera y su alma no se rompa con el primer grito de furia que exprese. Para conocerse a sí misma, y por tanto, ser segura y aceptarse.
   Quizás no sea la persona perfecta, ni ame todos sus complejos, pero acertaré al decir que hay días que se mira al espejo y se ve guapa. A pesar de su mirada cansada, de sus ojos hinchados con ojeras y de lo poco que disimulan sus años. Que se siente dispuesta y fuerte, preparada para cada tormenta que se avecine. Y yo también lo noto.
   Ella es consciente de que el físico se arruina, de que hay que alimentar el alma y no el aspecto, de que los años acaban rompiendo la belleza exterior pero no la interior, es por eso que no le preocupa tanto mirarse al espejo sino que cuida sus formas con total delicadeza.
   Y tal maravillosa persona que describo como el canon de ‘mujer perfecta’ se puede reducir a una palabra de cuatro letras: Mamá.
   Nunca he visto a Mamá como una amiga, nunca como a una compañera, ni como a una hermana, siquiera estoy segura de que tengamos la suficiente confianza para confesarnos todo, pero podría decir que en los momentos más duros por los que he pasado me ha ayudado, ha estado presente en toda complicada situación y no la he echado en falta nunca porque a mi lado se encontraba cada vez que la añoraba. Por tanto, ella no es una amiga, no es una compañera ni es una hermana, es Mamá, algo más fuerte que todos los conceptos mencionados anteriormente, una definición más grande y absoluta que me gustaría conservar en la memoria para siempre.
   No voy a prometer cosas que sé que no cumpliré, no le diré ‘A partir de hoy te haré caso siempre’, ‘Sacaré mejores notas’, ‘Ahorraré para la mejora económica de la familia’, ‘Te haré la comida diariamente sin protestar’, ‘Te acompañaré a hacer la compra todos los días’, ‘Seguiré cada consejo que me digas’ ni todos esos topicazos de las ‘hijas ejemplares’, pues yo no soy ni mucho menos una persona ejemplar, así que lo único que le puedo garantizar con total sinceridad es un beso y un abrazo que nunca, y repito, NUNCA, carecerá de sentimiento.


   Felicidades, Mamá.






domingo, 16 de junio de 2013

¡No te quedes callado ante la tortura!






Para ti, fiesta nacional. Para mí, tortura animal-
Es la muerte sin elección
 saltar al ruedo sabiendo el final.
Cada vez que el público saca pañuelos pidiendo premio y el juez lo concede
el supuesto ser humano tan sumamente superior a un estado más irracional retrocede.
Están los que dicen: "Es que el toro ataca al hombre"
¡Qué va! Se defiende lejos del hábitat natural que le corresponde.
Si muere Enrique Ponce le harán una estatua; la prefiero para cada bombero.
¿Por qué prohibieron Caiga Quien Caiga y no Tendido Cero?
No entiendo qué ven mujeres en Jesulín: la fama abre escotes.
Igual que superhéroes con capa, ¡hay subnormales con capote!
Chapapote en las costas, en Ceuta y Melilla alambrada en las fronteras
y el bosque que no se quemó este verano fue porque lo taló IKEA.
Pero, ¿se sigue haciendo el toro embolado en las fiestas de tu pueblo?
La juventud estudia en barracones porque dicen que falta presupuesto.
Repartir libros en vez de hacer corridas en la feria de abril
y no retransmitir más matanzas en horario infantil.
¿Me quieren prohibir? Dicen que angustia les causo...
Porque es como retransmitir torturas en Iraq pero con público, coplas y aplausos.
Ay así... ¿La muerte de otros os divierte? 
Tomad ejemplo, ¡que brindaré con cava el día que a Fraga le llegue su muerte!
Por suerte... sé que os veré en el infierno...
¡Y si buscan las orejas y el rabo es porque ya tienen los cuernos!
Ahora seré yo el infierno, con palabras lloro
y si muere un torero, ¡por mis huevos que yo saco a hombros al toro!



Acapella antitaurina
Los chikos del maíz 

Tu vida. Sólo tuya.




''Esta es tu vida.
Haz lo que amas. Y hazlo a menudo.
Si no te gusta algo, cámbialo.
Si no te gusta tu trabajo, déjalo.
Si no tienes tiempo suficiente, deja de ver la TV.
Si estás buscando el amor de tu vida, para. 
Te estará esperando cuando comiences a hacer las cosas que amas.
Deja de analizar, la vida es simple.
Todas las emociones son hermosas.
Cuando comas, aprecia cada bocado.
Abre tu mente, tus brazos y tu corazón a cosas nuevas y a la gente, nuestras diferencias nos unen.
Pregúntale a la próxima persona que veas cuál es su pasión.
Y comparte tu sueño con ella.
Viaja a menudo; perderte te ayudará a encontrarte a ti mismo.
Algunas oportunidades sólo llegan una vez. Aprovéchalas.
La vida es parte de la gente que conoces y te rodea. 
Y de lo que puedas crear con ellos.
Así que sal, y comienza a crear.
Vive tu sueño y lleva puesta tu pasión.
La vida.
Es corta.''


jueves, 13 de junio de 2013

La discriminación.



   El ser humano le teme a todo aquello que desconoce; por tanto, huye o se intenta defender de lo diferente. No está mal ni está bien, es simplemente algo que nos ha marcado la naturaleza. El problema está cuando este temor se vuelve más intenso e inmenso al intentar disfrazar el miedo ya no como algo natural sino social. Entramos en las diferencias sociales, en las que la mayoría de las personas se ponen a la defensiva ante cualquier distinción. Mucha gente no puede evitar desconfiar de las personas desconocidas o incluso estéticamente diferentes -estéticamente ya que en la primera impresión lo único verdadero que se percibe de la persona es su estética-, pero el gran problema surge cuando se le da más importancia a la distinción estética o rasgos físicos que a la personalidad o características propias de la persona. Es por eso que solemos discriminar a la gente que tenga gustos musicales, gustos al vestir o simplemente un físico diferente al nuestro -por ejemplo, el color de piel, que es el caso discriminatorio más dado a nivel mundial-, y el hecho de discriminar o simplemente rechazar a una persona por sus distinciones es una forma de huir de ella, ya que, como mencioné anteriormente, tememos a lo desconocido y lo diferente. La discriminación es una manera de posicionarse a la defensiva ante lo distinto, y en ella intervienen el orgullo, egocentrismo/narcicismo o cualquier idea relacionada con el juicio entre la superioridad y la inferioridad según los factores físico-estéticos, ya sea intentando subir la propia autoestima o bajársela al resto de la gente con dichos actos discriminatorios.
   Es por eso que deberíamos plantearnos seriamente si la distinción estética o ideológica nos hace superiores o inferiores en todos los campos. Ya que todos somos completamente diferentes. Y eso es lo bueno, ¿no? ¿Dónde está la gracia en un mundo de personas completamente iguales? La salsa de la vida se encuentra en lo singular.


        ''...¿Ser diferente te hace superior? ¿Inferior? No. Para nada. Ser diferente sólo te hace diferente...''


    Cabe decir que el motivo principal por el que tendemos a etiquetar todo es precisamente por ese temor a lo desconocido, intentar catalogar aquello peculiar para tenerlo ''controlado'' de alguna forma, para darle alguna definición. Pero como ya sabéis, yo prefiero ir libremente por el mundo, al igual que muchos otros, y estar fuera de toda categoría social ~






lunes, 10 de junio de 2013

#




   Escribo en papel arrugado y amarillento, cubierto de polvo y tinta seca de pluma, unas letras que se clavan en mi mente provocando un éxtasis eufórico, pues dichas palabras conmueven mi ser y mueven mi corazón, al formar parte de mis deseos por verte, por besarte, por acariciarte, por amarte. Cosquilleos dominan mi pecho intensamente, cual colegiala enamorada, y me enredan en una apasionante fantasía junto a tus manos, tu sonrisa y tus ojos, ardientes, felices.
   Fue tu mirada cómplice de mi locura, fueron tus caricias culpables de mi dulce condena, fue el cálido abrazo de amor el que me hizo entrar en un bosque perdido de sentimientos, puros, y reales.

   Estas poéticas letras que escribo, ya casi sin tinta, pues el poder de mi pluma se desgasta y consume, no tienen punto y final, acaban en puntos suspensivos que narran la historia de cómo dos dulces chicas se enamoraron y vivieron su juventud abrazadas en la hierba del amanecer.











martes, 28 de mayo de 2013

C'est la vie, c'est l'amour








No me habléis de dulces miradas si no habéis visto la suya, no me habléis de paisajes si no habéis visto su cuerpo, no me habléis de emociones sin sentir lo que siento cuando la veo... 
                                                                             ♥





viernes, 17 de mayo de 2013

Gritos de silencio





  Me quedo a ver si sale el sol
en este campo de concentración
que llaman vida
que llaman muerte
si al fin y al cabo
es cosa de suerte.











miércoles, 8 de mayo de 2013

Nostalgia.




   Tengo un vago recuerdo de ti. De tu sonrisa, de tus abrazos. De muchos momentos que pasamos juntos, que, desde luego, pocos no fueron. cuando pienso en eso, una sensación muy extraña corre por mi cuerpo. Mentalizo las memorias y me siento como si estuviese dentro de un sueño, o intentando recordar alguno.
   Me acuerdo más de las palabras, las conversaciones por teléfono o los mensajes que nos mandábamos. Lo cual me entristece, porque prefiero mil veces la nostalgia de tus gestos que la de tus palabras. Ya que nada podrá nunca sustituir a los besos que me diste.



sábado, 4 de mayo de 2013

Llantos bañados en cal




   Heridas de acero y hierro, manos desnudas de dedos suaves, agudas melodías románticas en un bello paisaje bañado en niebla y verde pálido.
   Un alma oxidada toca el piano, maravillosa la sonata Moonlight, saliendo del sabor más dulce y a la vez triste...
 
   ¡Esperaba de vos alguna otra mirada! -gritaba y lloraba, tocaba y suspiraba...- Feliz el día en el que pude abrazaros...

   Y lo tomaba a cuento, no lo hubiera creído bajo juramento, pero sus llantos demostraban la impotencia, la tristeza, la rabia y la desesperación que representaba su rostro casi mentiroso, pero deseoso de unas manos cálidas que lo aguardasen.
   En el fondo, sabía que la culpa era suya, pero aquel orgullo y aquel poco amor propio se anteponía ante ella, y su falsa indiferencia teñía el odio y el rencor... Odio y rencor que sentía hacia su persona.

   ¡Las letras de Cervantes no me evaden! ¡Las músicas de Beethoven ya no me transmiten nada...! Muérome consumida de un loco pensamiento, causado entre cartas de desamor y traiciones envenenadas...
  

  ¿No sientes morir? -le preguntaron un día.
   Sólo siento el dolor, culpable aquel nombre de éste, por no saber mis sentimientos, por olvidarse del color de mis ojos, por desnudar mi cuerpo, hacerlo suyo y luego traicionarlo y abandonarlo...



viernes, 26 de abril de 2013




   Esta imagen... Sólo quiero compartirla con vosotros. Esta vez no hay frase, no hay historia, no hay comentario... Queda a merced de vuestra apatía o simpatía; si os gusta, disfrutadla, si no... desechadla.  









jueves, 25 de abril de 2013

De pelo negro y ojos grises.




Dulce enamorada de lo triste,
sin sonrisa vive y camina,
de pelo negro y ojos grises
baila suicida en la colina.

Respirar no es vivir, amiga,
¡siente más!, ¡vive más!
Huele el aroma de la vida
semejante al del mar.
  
De carácter apagado
y salero envenenado,
mueve sus manos
con dulzura muerta
y pensamiento insano.

No pide amor,
no pide luz,
por no pedir, ni comida pide,
pero le llora a una bella flor
que ya no vive.

¿Qué lloras?
¿Qué susurras?
Llora gotas
de sangre
que acabaron sin cura.


                                  Amane                 












   <<Escribir no es importante por lo que se escribe, sino porque obliga a pensar.''



                                                                                                         -   Marro.



martes, 23 de abril de 2013

Reflexiones.





   La vida humana acontece sólo una vez y por eso nunca podremos averiguar cuáles de nuestras decisiones fueron correctas y cuáles fueron incorrectas. En la situación dada sólo hemos podido decidir una vez y no nos ha sido dada una segunda, una tercera, una cuarta vida para comparar las distintas decisiones.




...














Se avecinan notas de suicidio y vasos de veneno medio vacíos.















viernes, 19 de abril de 2013

¿Ética? [1]





   ¿De qué índole es la autoridad de los principios morales? ¿es una autoridad pura, realmente absoluta? ¿O es relativa a épocas y concepciones? ¿Hay mandatos éticos absolutos o se han originado y pueden volver a hundirse en el no ser y en el olvido? Por ejemplo... El mandato <<ama a tu prójimo>>, ¿es supratemporal y eterno? ¿Depende su validez de si los hombres tienden a respetarlo y a cumplirlo?...


sábado, 13 de abril de 2013


Caída te encontraste
tras descubrir la verdad,
desdichada te llamaste
y aceptaste la soledad.
    

Sangre se transforma en lágrima
y se resbala hasta llegar
a tus tiernas mejillas
a las que han dejado de besar.
    

No cierres los ojos
nada desaparecerá,
solo serán rojos
y no volverá.
    

Huye de ella
de Doña Soledad
será muy bella
pero sus caricias sólo transmiten frialdad.
    

No te pintes una sonrisa
eso tampoco ayudará,
espera a la cálida brisa
tus penas te las quitará.
    
@MoyashiSoul

miércoles, 10 de abril de 2013

Valoración personal en cuanto a arte gótico y arte moderno.





''Me gustaría que hicieras una comparativa de la pintura de antes, y de la de ahora ("arte moderno") y que me dijeras los pros y contras de ambas, según tu opinión.''



Edicifio de arte moderno:





Edificio de arte gótico:















Las imágenes son completamente distintas. En ambas se aprecian tales diferencias, cuales voy a explicar.

Como se ve en la primera imagen, el edificio de arte moderno es bastante más pequeño que la catedral gótica, y a mí las arquitecturas altas me agradan más. Es también mucho más aburrido y ''random'' (aclaro que no me gusta especialmente lo random). No me parece para nada bonito ni digno de admirar. Sin embargo, es más original que las antiguas catedrales góticas, ya que al compartir las principales características de la arquitectura gótica, dichas catedrales eran similares entre ellas, pero el arte moderno varía un poco más. Generalizando, el arte moderno me resulta aburrido y poco serio. Los edificios góticos eran más complejos, se podía admirar la belleza de la complejidad tanto por fuera como por dentro de ellos, como mencioné anteriormente son bastante altos y eso a mí me encanta. Recuerdo cuando fui a ver La Sagrada Familia, en Catalunya, en una excursión en primaria, era la primera construcción neogótica que había visto en mi vida, y me emocionó muchísimo, sobretodo ese placentero escalofrío al alzar la vista y observar la cima del edificio, aún en 'proceso'. Más tarde visité la catedral gótica de Lleida.

Lo dicho, el arte moderno tiene sus más y sus menos, al igual que el gótico, que es, para mí, en cuanto a arquitectura, pintura y escultura un arte digno de admirar. Es por eso que me quedo con el arte antiguo antes que con el moderno. -Cabe decir que en cuanto a escultura y pintura repugno el románico, así que en ese sentido prefiero el arte moderno-






domingo, 7 de abril de 2013




  Dos palabras, ocho letras que ahora carecen de sentimiento. "Te quiero". Ahora es algo sin sentido. Son palabras que se dicen sin realmente sentirlas. Ahora decir "te quiero" es similar a decir "me caes bien". 
   Antes los te quiero se decían porque se sentían. Antes un simple te quiero quedaba guardado en tu corazón, porque tenías la certeza de que el sentimiento realmente existía.
   Ahora los te quieros son dos simples palabras que no pesan ni un sólo gramo, que tienen facilidad para volar. El viento se los lleva y el tiempo hace que se pierdan en el lugar donde acaban las cosas carentes de importancia.








   Sin darme cuenta, has llegado a convencerme de que lo blanco siempre es negro, de que si dos y dos son tres si tú lo dices yo lo creo, me has robado tanto amor que tendré que reiniciarme para ver si aún soy alguien, alguien que te dijo adiós, alguien que al despertar...
  Todo esto ya olvidó.




sábado, 30 de marzo de 2013

~




Glamurosa y bella fotografía gótica,
 aquí me tienes, 
dispuesta a ser tu modelo y tu lienzo....











 



domingo, 24 de marzo de 2013

jueves, 21 de marzo de 2013

~





Que sea esta imagen la que hable por mí, por mis sentimientos, mis pensamientos y la poca fuerza de voluntad, autoestima y amor propio que tengo. Que sea ella la que refleje mi terrible estado de ánimo. Yo ya estoy cansada.






 


miércoles, 20 de marzo de 2013

''Confesiones de una aprendiz'' Part 1.

 

  ''Lo peor que pudiste hacer fue escribir versos de amor. Escribe sobre ti mismo. Así aprenderás a autocriticarte. Y créeme, nada mejor que la autocrítica.''


  ''Comienza a ser preocupante cuando las lágrimas son sustituidas por venganza.''


 ''Dejé de creer en la gente cuando la única persona que amaba y en la que confiaba me traicionó.''


(...)

martes, 19 de marzo de 2013

Hoy.




   Hoy no estoy para versos de amor ni de desamor, hoy no me veo capaz de recitar ni una pena ni una alegría, no vengo a hablar de mi envenenado corazón ni de mis lágrimas de cristal, tan sólo quiero buscar paz, escapar de un caos ardiente que envuelve mi alma, conseguir huir de los enredos que me enloquecen, y poder flotar en un mar desconocido, sintiendo volar en libertad, dejando algo pisado por descubrir, y cerrando mis ojos para no ahogarlos en la insufrible fuerza de los rayos de Sol...
   Descansar mi mente y hacer desaparecer mi cuerpo...




sábado, 16 de marzo de 2013

Versos que recuerdan, recuerdos que imaginan...




   Tú y yo estábamos abrazadas, ¿recuerdas? En la cama, juntas, y mi cabeza estaba posada sobre tu pecho, admirando el dulce masaje que me ofrecían tus manos acariciando mi pelo.
   Hablábamos poco. Cada cierto tiempo agachabas la cabeza para acercarte a mis labios y besarme, entonces yo te acariciaba las mejillas... Después de cada beso, podía observar, incluso con los ojos cerrados, cómo tu rostro me regalaba una de tus sonrisas, aquellas tan dulces que interpretaba como una flor en plena primavera, ardiente y bella... Mis ojos se inundaban de alegría cuando tus mofletes se enrojecían y la calidez de todo tu cuerpo se concentraba sólo en ellos...
   Extraño esos momentos, porque parecía viajar con el viento, siguiendo suavemente la brisa que me transportaba a tu cama, y podía estar a tu lado, sólo mirándote a los ojos, sólo soñando contigo...
   Porque por cada te quiero que me decías, preciosa, mi vello conseguía despertarse de mi piel y el corazón me latía tan veloz que el frío desaparecía de mi cuerpo... Entonces sólo quedábamos tú y yo en la habitación...




martes, 12 de marzo de 2013

Memorias de una condenada.



(...)

...Palabras perduran y gritos ahogados cesan, contemplo mi alrededor y sólo encuentro sombras que reflejan algo.. Un algo vacío, viajando sin rumbo, carece apenas de sentimientos y su frialdad quema por dentro... ¿Es quizás la poesía la causante del dolor insufrible de este "algo"? ¿Han sido los versos, culpables, quienes han arrancado la calidez de su alma? Un vaso con veneno y una pluma escribiendo sobre un papel, tal vez..
Aunque eso ya dejó de importar pues, cuál suceso inmemorable hizo darme cuenta de que ese "algo" era yo... Mostrando compresión hacía mí misma... Haciéndome gritar de dolor en un lugar insonoro... Insonoro hasta que un pitido inundó mis oídos y por fin pude morir... 

(...)





jueves, 28 de febrero de 2013

30 de Junio de 2011.


   Deseo enredarme en tus labios y que nuestro aliento se funda en un apasionado beso, que desaparezcan las palabras y aparezcan las caricias, que una mirada dulce e hipnótica me lleve a otro mundo, que se esfume la tristeza, sustituir las ganas de besarte por los besos, que tus manos se apoderen de mi cuerpo y alma, susurrarte un te quiero y despedirnos de todo lo exterior a nosotras...
   Porque no sé cómo lo haces, pero cada día te quiero más, cada día me tienes más enamorada, y cada día las ganas por estar a tu lado crecen como bambúes recién nacidos... Te quiero Melissa, y un futuro junto a tus abrazos es lo único que pido.

jueves, 21 de febrero de 2013

Dulces poemas para una dulce chica.



 Si ves que cada carta que te mando o cada poema que te escribo
 no contiene palabra alguna, 
y sólo el blanco del papel y el silencio de mi pluma, 
es porque; cariño mío, 
los sentimientos no se pueden plasmar
 en simples letras. 
Quizás una similitud o un parentesco de tal, 
pero yo no quiero mostrarte 
qué es lo parecido a lo que siento, 
lo que quiero yo es demostrarte 
que mi amor por ti es duro y eterno. 
Pero ya te dije, cielo, 
ni Bécquer ni Pablo Neruda podrán transmitir en palabras
 todo lo que yo daría por ti. 
Así es que, todo lo que te escribo está vacío, 
pero el sentimiento con el que te lo mando 
está lleno de ternura y deseo. 



martes, 19 de febrero de 2013

Palabras.




 Palabras. Tan simple y llanas como son, pueden clavarte punzantes en el pecho, ahogar tu alma y romperte el aliento. Por eso las uso como quién es poeta. Ninguna manera más bonita de manipular los sentimientos de alguien que hacer de palabras poesía.



miércoles, 13 de febrero de 2013

Fortaleza.

 


   Como si los fuertes tampoco lloraran... Yo me consumo en una vela ardiente y los suspiros me queman el alma. Pero sigo siendo fuerte.



domingo, 3 de febrero de 2013

~

   Mis locuras sangran, se pierden en lo profundo de una historia conmovedora y acaban resultando enfermas. Las heridas lloran y se retuercen de dolor, bebiendo sus propias lágrimas antes de que se transformen en recuerdos que yacen lejos de hoy. La insuficiente brisa incómoda que nos decora el ambiente cesa, muriendo así con ella el pesimismo que envolvía nuestras mentes. Y hoy puedo gritarlo todo sin después arrepentirme de nada.

sábado, 2 de febrero de 2013

Mi realidad y la realidad.



Todos estamos acostumbrados a vivir en una realidad, esa realidad nuestra y que nadie más que nosotros comparte. Pero, plantéate la siguiente pregunta: ¿Cómo puedes estar tan seguro de que todo es real? ¿Cómo puedes saber o no si ahora mismo existe la posibilidad de que estés postrado en una cama y todo lo vivido es un sueño? Amigos, familiares, conocidos... Hasta ese vecino tan simpático que te saluda todas las mañanas. Puede ser que en realidad todos ellos sean ficticios. 
   Esa es la duda que le comenté a mi mejor amigo.
    -Estás loca. -dijo.
   Ignoré sus absurdas carcajadas y seguí con lo mío. Ambos estábamos acostados en el sofá, y mientras él jugaba con su gata, yo mantenía mi mirada perdida clavada en el suelo. Estuve durante un rato jugando con un mechón de pelo; girándolo con mi dedo índice hacia el mismo lado, enredándolo y clavándomelo así en la carne. No me di cuenta hasta que sentí que algo empezaba a quemarme.
   Lo que para él; mi mejor amigo, eran risas y carcajadas, a mí me aterrorizaba de manera dolorosa. Me sentía muy confusa y frustrada. Un miedo -o quizás no fuese miedo- se adentró en lo más profundo de mi mente y me hizo perder la noción de la realidad. Me planteaba en voz alta conclusiones horrorosas. ''¿Y si esto existe pero no existe? ¿Y si soy una esquizofrénica, o una autista, y ni tú ni nadie existís, sino sólo yo y mi imaginación? ¿Y si estoy en coma y esto es un simple sueño? ¿O si ahora mismo estoy sentada en una silla fantaseando y he llegado a adentrarme tanto en esta fantasía que me la he creído y he permanecido dentro de ella 14 años?'' Por cada palabra que decía, por cada acento o pensamiento que pronunciaba, el temor en mí se hacía más grande. No me atreví a mirar a mi mejor amigo a la cara, porque sabía que estaría riéndose de mí, así que antes de que pudiese pronunciar una sola burla más, me levanté del sofá y me dispuse a coger mis cosas.
    -¿Te vas? -preguntó.
    -Sí. ¿Dónde está la libreta que traje conmigo?
    -No lo sé. Búscala.
  Mi mente descansó un poco de aquella paranoia y se dedicó más en buscar el cuaderno. Pero ese pensamiento apenas duró cinco segundos. Empecé a sentir un mareo descontrolado y noté cómo mis párpados caían lentamente. Me apoyé en la mesa como pude y me quedé totalmente quieta, con la cabeza apuntando a mis manos.
    -¿Pasa algo? ¿Te ayudo a buscar el cuaderno?
   Mis manos empezaron a moverse, y mis ojos deslumbraban ante aquella locura. Perdí totalmente el control sobre mi cuerpo, pero a la vez sabía que era yo la que lo manejaba. Más bien me sentía extraña. Como si aquellas manos no fuesen mías, como si todo lo que veía ante mis ojos no era lo que llevaba viendo todo este tiempo. Empecé a tener la sensación de que estaba viendo cualquier película de miedo, en la que la cámara se adueñaba del espacio y se movía como si de los ojos de una persona se tratara. Era consciente de que todo lo que sucedía estaba sucediendo ahí, en ese mismo lugar y en aquel mismo tiempo, pero sin embargo creí que en cualquier momento todo podía desvanecerse. Podía caer al suelo y darme cuenta de que todas esas sensaciones formaban parte de la paranoia. Que seguía en el sofá con mi mejor amigo comentando lo loca que estaba por pensar que quizás esto era un sueño.
   Dentro de mí todo era muy descontrolado. Nada se movía, sólo yo y lo que pertenecía a mi cuerpo pero que a la vez no era mío. Movía mis manos para intentar descubrir si podían resultarme conocidas, miraba hacia arriba y hacia abajo con la intención de saber qué ocurría y por qué. Pero, esa realidad era la mía. Y no la verdadera. 
   Mi mejor amigo me contemplaba perplejo. En su realidad, en lo que él veía, yo estaba de pie, junto a la mesa de cristal, yaciendo completamente quieta y pálida. Él veía la imagen de mi cuerpo, mientras que yo veía la imagen de mis pensamientos. Su realidad al fin y al cabo no era tan distinta, ya que por unos momentos pudo pensar que había caído en un lapsus de todo, mientras que yo pensaba lo mismo sobre mi cuerpo.
   Por unos instantes fui la dueña de un cuerpo conocido pero extraño. Sabía que esas eran mis manos, que yo las movía, que conservaba aún mi anillo de calavera y diamantes, que el pelo que enredaba anteriormente en mi dedo índice formaba parte de mi cabeza, pero sin embargo me sentía totalmente extraña, como si fuese una equivocación, como si mi mente hubiese ido a otra parte y ahora fuese o no una persona totalmente distinta.
   Reaccioné, pero supe que mi paranoia no había acabado. Después de pestañear un par de veces, salí del pensamiento de extrañeza y volví a lo que realmente era el espacio en el que me encontraba. Esa sensación insuficiente de repentinamente no saber si era o no era lo que siempre pensé que era real, seguía invadiendo mi mente y mi cuerpo. Aún así ignoré eso como pude y seguí buscando el cuaderno.
    -Leslie -una voz había distraído mi búsqueda- márchate sin la libreta y si la encuentro, mañana voy a tu casa y te la dejo. ¿Va? Necesitas descansar.
    -Vale. Pero acompáñame.
    -¿Tienes miedo?
    -¿De qué? -me ofendí- Sólo estaba bromeando. Pero ven conmigo hasta casa, por favor.
    -Menos mal, qué susto. Pensé que te habías ido a otro mundo. La paranoia que te montaste con...
    -Una broma. Todo una broma.
   Rió. Pero sé él que estaba tanto o más confuso que yo. 
   Arrastré el brazo hasta poder apoyarme en su hombro para descansar un momento mi mente. Bajé la cabeza con brusquedad e intenté relajarme. Aquella sensación no se iba. Me seguía sintiendo extraña y desconocida. Tenía miedo de que en cualquier momento pudiese acabar todo.
   -¿Sabes? -volvió a interrumpirme- Mi mayor temor es olvidarme de lo que he vivido. Despertarme un día y no poder recordar nada. Ni a mis mejores amigos, ni los buenos momentos que he compartido... Ni siquiera los errores que cometí en un pasado y que gracias a ellos hoy he aprendido a no volver a cometerlos.
  Sonreí. ¿Su mayor temor? 
   -Ese es mi mayor deseo. -comenté- Tener la oportunidad de empezar de cero. Haciendo o no las mismas meteduras de pata que antes. Volver a disfrutar lo anterior.
  Se extrañó por mi peculiaridad y se levantó dispuesto a acompañarme. No pasaron demasiados segundos hasta que atravesamos el pasillo y pudimos cruzar la puerta. Aunque aún así, a mí me parecieron eternos.
  Aquella confusión aún permanecía. Repetía en mi mente varias veces que sólo era una tontería. Andy tenía razón. Era una locura pensar en algo así.
  Salí a la calle y me mantuve callada todo el camino. No estaba segura de eso, pero deduje que mi mejor amigo me estaba hablando y no le acomplejaba saber que yo ignoraba sus palabras. 
  Yo permanecía encerrada en mis pensamientos. Aún con aquella horrible sensación de haber perdido la noción de todo lo que me rodeaba y lo que sucedía. Mi mente apenas daba para más, así que acabé cansándome de todas esas paranoias. Por unos momentos la confusión había sido camuflada -no desaparecida ni ignorada, porque yo notaba que todavía aquella sensación permanecía dentro de mí- y pasé a concentrarme sólo en mis pasos. Oía la voz de Andy de fondo, pero no quise ni pretendía prestarle atención alguna. Tan sólo quería renunciar a todo lo real e irreal y seguir caminando en un camino que podía llevar a mi casa o a cualquier otro lugar. Mientras daba los pasos, siquiera sabía cuál era el objetivo de andar tanto. No me percataba de que yo seguía ese camino para llegar mi casa. Me di cuenta de que sólo me movía hacia una dirección que mis propias piernas marcaban. Yo podía cambiar esa dirección en cualquier instante, y lo sabía. No me sentí impotente en ningún momento, pero tampoco noté tener el control absoluto de todo. Se podría decir que me adentré en mi subconsciente y dejé toda la realidad a un lado, aún viéndola de reojo, pero a un lado.
  Llegué a la puerta de mi casa, y el único contacto que mantuve con mi mejor amigo fue aquel monótono abrazo de despedida. Después de haber juntado nuestros cuerpos, mi mirada seguía clavada en sus andares. Observaba como él iba alejándose de mí poco a poco. Bajaba la calle para marcharse a su casa y dejarme completamente sola. En cuestión de segundos ya se había desvanecido completamente de mi campo de visión. Podía haber seguido su camino o podía haber ido por otro sendero más rápido o más lento. O quizás se quedó quieto esperando un taxi para ir a cualquier sitio que anteriormente no había mencionado. Pero la posibilidad que más rondaba por mi mente era su desaparición. Que justo en el momento en el que cruzaba la calle, se hubiese esfumado. Que ya no existiese. Que formase parte de mi imaginación, de mi sueño, de mi fantasía. Que cualquier otra persona que pasaba por allí no pudiese verle, que todas las personas que me hayan visto con él, sólo me hayan visto a mí y que él tan sólo existiese en mí y cuando estaba conmigo. O que directamente nadie existiese. Sólo  yo. Aunque... ¿Y si era yo la única que no existía?
  Entré a casa y encendí el PC. Lo primero que hice antes de sentarme frente a él, fue acercarme hasta la cafetera de máquina a prepararme un chocolate caliente. Aquella sensación de extrañeza se iba desvaneciendo poco a poco, a medida que la monotonía volvía a su lugar correspondiente mi mente volvía a aquella ''realidad'' a la que había permanecido anteriormente. Pasé de olvidar mi subconsciente para volver a formar parte de mi consciente.
  Aunque aquello no duró demasiado tiempo.
  Cuando me senté en frente de la pantalla del ordenador, sin ni siquiera pensarlo, mi mano condujo el ratón hasta mi carpeta personal y abrió el Word. Yo no había pensado en abrirlo, tampoco noté que tuviese ganas de escribir, ni predije haber hecho que mi mano se moviese sola hasta abrir aquel programa. Aún así no me asusté de haber perdido el control sobre mis deseos inconscientes -una pena que cuando mi consciencia quería algo yo estaba en mi subconsciente y viceversa-, pero tampoco lo vi como algo normal. 
  Me quedé frente a aquel folio virtual pensando en qué podía escribir, qué podía hacer ahora o simplemente qué elección debía tomar; si cerrar el programa porque había clickeado en algo que no pensaba clickear o tomar esa acción descontrolada como una señal de mi subconsciente para obligarme a escribir algo.
  Empezó a dolerme la cabeza, así que lo único que hice fue apagar la pantalla del ordenador e irme a mi cama a leer un rato.
  Apenas haberme acostado en la cama comencé a sentir un leve e insufrible mareo que no me permitía siquiera abrir el libro que tenía pensado leer. Me quedé quieta durante un largo tiempo para intentar volver a recuperar mi ubicación, pero apenas sirvió para nada más que darme cuenta de que volvía a tener aquella sensación que creí haber eliminado por completo de mi mente. Ahí sí pude comprender algo. Esa de ahí era y no era yo, aquel sitio en el que estaba apoyada era y no era mi cama, el libro que estaba dispuesta a leer hacía unos minutos era y no era el deseado. 
  Sí, evidentemente todo era un sueño.
  Esa sensación de extrañeza que había comenzado a tener durante toda la tarde era tan sólo una señal de que realmente mis pensamientos habían caído en lo cierto. La conversación que había tenido con mi mejor amigo era exactamente la que me había llevado a pensar en todo esto. La que me hizo ser ''consciente'' -subconsciente- de que ya era la hora de darme cuenta de la verdadera realidad; la cierta, no la que yo tenía, no la que el resto del mundo tiene. Esto no existía, esto no era real, era un sueño. Quizás el final de este sueño es el principio de la verdadera realidad, de lo que sí existe, de lo que sí es real. O tal vez era el comienzo de una vida real, no una ficticia, que era en la que yo había sido ubicada todo ese tiempo.
  Ya era la hora de cambiar. Ya había llegado al final de mi sueño. Estaba completamente segura de que debía terminar con todo. Una vez haberme percatado de qué se trataba realmente esto, era tiempo de marchar a la nueva vida.
  Sonreí. Lo había conseguido. Después de lo que para mí eran siglos eternos -''realmente'' sólo una tarde- de lucha y desesperación, me había dado cuenta de todo. Era esta la etapa que debía pasar una persona antes de morir, antes de pasar al siguiente punto, a la siguiente vida, antes de despertar de lo que era y no era real.
  Espera. He dicho... ¿He dicho antes de morir?
  Sí. Así era. No sólo comprendí que esto no existía, sino también asimilé que la única manera de salir de aquí era muriendo. Pero claro, nadie puede controlar su muerte. Nadie sabe cómo va a morir ni cuando. Podía pegarme años con esta sensación de extrañeza antes de morir y pasar al otro lado.
  A no ser que me suicidara.
  
 Así pues había tomado la decisión de acabar con mi propia ''vida''. Era un paso importante, pues terminaba mi realidad y comenzaba a pertenecer parte de la realidad. Mi realidad. La realidad. Habían muchas diferencias entre ambas. Y yo estaba apunto de saber cuáles.
Claro que, en esta mi realidad, yo había reprimido muchos actos que siempre quise hacer. Prohibí muchos de mis deseos porque la gente así me decía que hiciera. Pensé que mi realidad era la realidad, y que debía permanecer fiel a todas las reglas que ésta ponía. Pero ahora que me había dado cuenta de que esto no existía, y no merecía la pena reprimir mis caprichos por algo que sí o sí iba a acabar y a traspasarse a algo evidentemente mucho mejor y real, caí en la cuenta de que por fin era libre. O no, más bien se diría que fui libre todos estos 14 años, pero me había percatado ahora. Y no iba a perder la oportunidad de hacer lo que nunca me atreví a hacer.
Muchos de mis viejos deseos ya se habían desvanecido en mi memoria. Me iba olvidando de ellos a medida que perdía infancia. Pero por suerte tan sólo había entrado en la adolescencia y alguna parte de mí seguía conservando mi niñez. Por lo tanto aquella inocencia no se había esfumado del todo. Las esperanzas de hacer posible lo que había entendido como imposible crecían cada vez más.
Pero en aquel momento no era muy consciente de todo. Tenía tantísimas ganas de pasar a la nueva y real vida que en lo único que pude pensar fue en qué manera debía morir. Tendría que ser algo original, no demasiado doloroso y que me hiciese pasar mis últimos segundos de falsa vida con la adrenalina hasta las nubes. 
Me acordé de aquella vez hacía dos años cuando fui con mi familia a hacer paracaidismo. Me encantó. Pero me desanimó mucho la increíble seguridad que requería una actividad como tal. Yo quería ser libre. Yo quería poder caer a mi gusto sin hacerme daño. Pero no podía caer como yo quisiera, sino como la seguridad mandaba. Aquel acto me hizo hasta sentir placer. Esos nervios, ese temor, esa increíble sensación tan alta y tan brusca me encantaba. 
Y ahora tenía la oportunidad de volver a repetirla. Podía hacer paracaidismo. Pero hacerlo a mi gusto. Y no sólo disfrutaría haciéndolo, sino que también al final de la caída me esperaba una buena realidad. La prometida. La que sólo yo entre muchas otras personas sabía que existía.
Así que no dudé en levantarme de la cama y subir hasta el tejado del edificio que había en frente de mi casa. Era un pequeño piso en el que mucha gente vivía muy intranquilamente. Ellos apenas sabían de mi existencia, tan sólo de la existencia de mi casa, pero yo sí sabía de la suya. 
Salí de mi casa aún en pijama y me colé por el edificio, traspasando la puerta medio abierta de él. Todo estaba oscuro, y decidí dejarlo así, ya que no quería despertar a los vecinos del piso y mucho menos asustarles con mi presencia. Me costó un par de minutos acostumbrarme a la oscuridad, así que no hasta después de un rato pude encontrar las escaleras. No había ascensor, por lo que me hizo deducir que el edificio a fin de cuentas no era demasiado alto. Aún así, desde la perspectiva en la que yo lo observaba todas las mañanas, su estructura me dejaba convencida de que era un edificio muy sencillo y nada pequeño.
Mis pasos se aceleraban cada vez más a medida que mis piernas subían los escalones. Tardé bastante en llegar al final de las escaleras, por lo que finalmente concluí que un ascensor sí era necesario; pero me alegré, ya que cuanto más alto el edificio más certeza de morir tenía.
Llegué hasta la azotea de tal. Todo lo que había alrededor eran tendederos y ropa húmeda apoyada en ellos. No demasiado cerca del sitio donde me encontraba, estaba el balcón. El balcón definitivo. El balcón héroe. El que me haría cumplir mi sueño.
Me acerqué a él y tras poco pensarlo, puse los pies encima. Sentí que me iba a caer en cualquier momento; pues estaba sobre un sitio muy alto y resbaladizo, así que antes de dejarme empujar tan fácilmente, esbocé una pequeña sonrisa de largos segundos y me dije a mí misma: <<Es el final y es el principio. Es la hora de morir y de nacer. Es el momento de caer>> 
Así pues, me abalancé sobre un aire inexistente, y a medida que iba cayendo y acercándome al suelo, todos los recuerdos que había tenido aquella tarde pasaron por mi mente en cuestión de milisegundos. Se repetían, cada vez más rápido, y empecé a angustiarme hasta el punto de llorar. Grité. Pedí ayuda. Intenté hacer todo lo que pude para caer de una forma en la que no muriese. Pero ya era demasiado tarde.
Justo en el momento en el que mi nariz apenas rozaba el suelo, todo aquello se volvió oscuro y desvaneció. 
Unos instantes después, desperté en lo que era una cama. Abrí los ojos y me senté rápidamente. Tenía el corazón que me sobresalía del pecho. 
Evidentemente, todo lo anterior era una pesadilla. O más que una pesadilla, un sueño. Y me hizo darme cuenta de que, el sueño, mi antigua y falsa vida, era mucho mejor que la actual. Que mi realidad era mejor que la realidad. Porque en mi realidad era feliz. Y en la realidad, había despertado en una cama de hospital, conectada a máquinas, sin brazos ni piernas, heridas por todo el cuerpo y en la ventana reflejado un paisaje muerto, seco, triste. Un paisaje guerrero, que luchó por una guerra que acabó perdiendo. Yo formaba parte de una de las inocentes heridas de la segunda guerra mundial, y dormí plácidamente 14 años en coma después de haber perdido mis articulaciones con una terrible bomba nazi.
Preferí haber seguido soñando. Preferí haber muerto estando en coma. Preferí no haberme despertado. Darme cuenta de que mi minusvalía me impedía incluso moverme me hizo deprimirme.
Pero daba igual, porque ya era tarde. Era la hora de dejar atrás mi realidad y enfrentarse a la realidad. ¿Acaso no era lo que había querido hacer? Ahí estaba el resultado. El triste resultado.
Y Andy ni siquiera existía. Cómo iba a poder vivir sin la persona por la que daría mi vida, aún sabiendo que nunca existió.